martes, 7 de julio de 2009

Iron

Los días previos son solo tensión, hablamos tres palabras y la cuarta ya es discusión: absurda, banal, sin ningún sentido. Dejamos pasar unos minutos y nos esforzamos por no ser excesivamente gilipollas, nos esforzamos en que todo fluya, en mantener la concentración pero disfrutando, sin ser demasiado egoístas… Por mi parte no lo acabo de conseguir, pero disfruto más de lo esperado: me gusta cuando visualizo el momento por anticipado, cuando siento que mi familia se desvive por hacérmelo sencillo, cuando estás al otro lado del teléfono, al recibir vuestros mensajes de apoyo, cuando con los músculos tensos me acaricia la sonrisa de mis chicos…, pero sigue habiendo demasiada ansia..
Hemos sudado ya parte del circuito, hemos probado la sal, el sol, la bici ya está en su sitio, las bolsas colgadas y se que recuerdo bien el lugar (el mejor “chek in” de mi vida con diferenciaJ). Hemos intercambiado muchas miradas breves con extraños que nos decían sentir el mismo miedo y ansiedad.
Tenemos ganas ya, empezar y que dure, sentirnos grandes, capaces, fuertes, sentir que duele pero da igual, llegar al punto de ‘no retorno’ en el que se sabe que vas a acabar: una iluminación, un sentimiento de amplitud, la mente preclara y las alas para volar. Estamos listos.
Nos abrazamos de noche, buscamos voces que nos calmen (la mía no acaba de llegar) y dormimos durante 4 horas que se permiten el lujo de anticipar el futuro: soñamos agua y salitre, los cuerpos calientes y tensos, el asfalto oscuro, las piernas al límite y el corazón dispuesto a reventar. Después no recordamos el sueño. Nos repetimos una y otra vez “estoy preparada, va a salir bien”, “estamos listos”. Y llega mi voz que me calma!, un mensaje inesperado y una llamada desesperada por escucharla y ya estoy lista, perfectamente preparada, ReadyForTheFloor**
Algún retoque a la bici, los bidones, perdernos entre los miles y volvernos a encontrar, empezar a sentir esa soledad.. Enfundarse el neopreno y experimentar la presión, mimetizarse con casi 3000 personas más que sienten la misma presión en el cuello. Jose y yo bajamos a las piedras, sentimos los nervios y hablamos de ellos…, queremos ver antes de salir al resto, tiene que ser así.. Se acerca el momento y buscamos celosos entre el mar negro de neoprenos y piedras, resulta complicado distinguiros entre tantas siluetas parecidas, y por fin llegáis. Os abrazo, os siento tan cerca, os deseo suerte y recibo vuestra energía. Estoy más lista que nunca.
Correr sobre las piedras sin sentirlas clavarse en la planta de los pies, luego el agua, el azote de otros cuerpos, ya estoy sola, la algarabía de la mar revuelta por miles de ansias. Ya ha amanecido y el sol bajo, concede una iluminación a la estampa, perfecta, salpicada de gotas claras de mar. Nadar, sortear golpes extraviados, errar el movimiento, respirar, tragar, sentir que ya estás, ya estás ahí, ya va, ya empieza..


Salgo del agua sin saber cómo, o qué acabo de hacer, sin ser consciente del recorrido, sin saber, pero bien, muy dispuesta. Y la bici, mi bici, y mis piernas, las piernas moldeadas a través de kilómetros a vuestro lado…, “no van a fallar, no van a fallar”. Duelen pero hacen su trabajo, el paisaje es precioso, no dejo de adelantar y no dejan de adelantarme, siempre con gente, no dejo de pedalear ni de beber.., el sol ya está alto y deja caer sin consideración su luz caliente. Subo tranquila, muy bien. Me emociono con la altura, como y bebo más, los kilómetros pasan sin prisa, los disfruto.., me pregunto en qué momento me empezará a doler.. Las bajadas son veloces e intento ser precisa, me siento bien, la bici es mi sitio, se vive bien aquí. Y os veo, a Salva no (va muy adelantado, a pesar del PenaltyBox :S) pero con Ángel ruedo, a Dersu lo escucho fuerte, a Jose lo veo bien y recuerdo las salidas previas y se que no fallamos, se que vamos bien, se que os tengo.
Más bajada, demasiada adrenalina; 30 km para la transición y mi tiempo me sorprende, me agranda las alas pero las piernas necesitan cambiar ya el movimiento, demasiadas horas.. 20 km para la transición; ya me cruzo con los primeros, no hay ninguno que ande ligero..jajaja, ya me va a tocar a mi.. Suelto la bici y vuelo por que se que acabo, veo a mi padre, a la familia de Dersu, te echo de menos y lo noto en mi garganta, en mis ojos que se derraman, una mezcla de sentimientos, la certeza de estar intensamente viviendo el momento.
Os voy viendo a lo largo de la primera vuelta, acompaño unos metros al ganador hasta su nuevo récord: siento los gritos, la música, las miradas de admiración…. Ritmo infinito después de la primera vuelta, durante unos 5 km, luego aprieto durante unos 15 km más, luego ya no puedo y de nuevo ritmo infinito… Lloro en cada vuelta, escucho los ánimos de los nuestros, los vuestros nenes. Ya entro en meta y lloro durante unos 3km. En la pequeña recta de meta veo a mis padres, veo mi tiempo, os pienso, a vosotros, los míos, me siento inmensa y cruzo..
Inmensa mientras hablamos tu y yo, feliz con el tigre, ilusionada con la triner, alegre de ver a Jordi, encontrar a Salva increíble, abrazar a Jose con lágrimas en los ojos inmenso, ver a Ángel sediento se sale, y a Dersu tan tranquilo y satisfecho me abruma. Nos abrazamos más, abrazo a mis padres, imagino tu abrazo en meta.
Tengo flashes de algunos momentos.., todavía vuelo.
Tent Paulita

No hay comentarios: